Hablando de e-books, hace unos días asistimos a una presentación de Springer en Madrid y pudimos constatar que la estrategia de estas empresas, a medio plazo, es la producción de libros electrónicos como único soporte para sus nuevas propuestas editoriales dejando el papel como un producto secundario y solo para uso personal y nunca institucional. En concreto Springer, una de las mayores productoras de libro académico se plantea el referente de 2015 para que toda su producción sea electrónica.
Asimismo el reciente desembarco en España de gigantes como Amazon y la venta del Kindle y en un futuro su tableta Fire, junto con proyectos como los de Barnes and Noble y su Nook, sumado a otros anteriores como Google Books y si Libranda, la plataforma española espabila y va resolviendo su modelo de negocio, irán conformando un panorama electrónico donde el soporte papel será algo exótico tanto para nuevas compras como para retrospectivas, cuando las editoriales reediten en electrónico sus antiguos impresos.
En cuanto a los lectores la mayoría somos conscientes del uso cada vez mayor, por parte de nuestros usuarios de los teléfonos móviles y las tabletas, para el acceso a la información, por lo que es importante que los e-books puedan adaptarse a ellos tanto para la descarga y visualización como para la gestión de accesos autorizados, coexistiendo con los específicos e-reader.
Lástima que nuestra Universidad tenga descentralizados, los centros de compra y los presupuestos de libros por Departamentos y Centros. Si esto ha servido para la era del impreso no es viable para los e-books, por lo que si no se cambia el modelo difícilmente podremos estar presentes en este nuevo escenario y nos quedaremos, una vez mas, al margen de la innovación.